domingo, 31 de enero de 2010

Ciclotimia

Llevo una temporadita en la que me encuentro un poco ciclotímico... Otra vez. Y esto, en mi caso, aparte de apreciarse en mis cambios de humor (que, en cualquier caso, no son demasiado graves... creo... todavía no he recurrido a la violencia en ningún caso ;P), es evidente en la música que escucho. En esta última etapa ciclotímica alterno la escucha cuasicompulsiva de blues (alternado con algún toque de ambos Enriques y algún que otro cantautor) con la de todo tipo de metal, dependiendo del estado de mi humor en ese momento concreto...

Lo peor es cuando aparece un ataque ciclotímico dentro del patrón ciclotímico habitual... como me pasa hoy. Esta mañana estaba de un excelente humor. El día ha sido estupendo, además... Buena compañía, estupenda conversación, buena comida, muchas risas... Pero... uuuffff... había mucha tristeza en un par de ojos. Tristeza profunda. O, al menos, eso me ha parecido ver en la despedida. Aunque ante sendas cuestiones se me ha negado la evidencia sendas veces... Así que, como soy así de empático (maldita sea mi estampa... cachis!), me la he traido conmigo para ver si podía averiguar el motivo. Y aquí estoy, con mi asqueroso cardias encogido por la tristeza ajena... Llevo un buen rato intentando escudriñar en su interior para averiguar el porqué de una increíble tristeza invasora... Y, evidentemente, no lo consigo.

Peor aún es que se ha apoderado de mí de una forma total, como hacía mucho tiempo que una tristeza propia no lo hacía... Y no sé qué hacer para quitármela de dentro. Así que aquí estoy, intentando deshacerme de ella expulsándola desde la punta de mis dedos y a través del teclado hasta depositarla en esta página... Aunque de momento, la verdad es que no está funcionando demasiado... Esperemos que se canse pronto de habitar en mi cascado corazón y que se vaya a buscar otro lugar en el que sus alas oscuras se encuentren más acompañadas y a gusto...

Y ahora que ya os he dado el coñazo lo suficiente con mis gilipolleces, llegamos a lo que todos esperáis: los vídeos. "A ver ahora cómo enlaza el tontolculo este todas las tonterías que ha soltado hasta ahora con la música", os estaréis diciendo... Normal. Yo también me lo pregunto, jejeje. A ver qué se me ocurre sobre la marcha... que, aunque no os lo creáis, voy improvisando y todavía no tengo ni idea de qué vídeos voy a poner ;p

Mi primer candidato había sido el evidente: Tu tristeza, de Don Enrique Urquijo. Pero como ya ha pasado por aquí, he tenido que buscar una alternativa. Y buscando, me he acordado de Catorce vidas son dos gatos, de Fito & Fitipaldis, con un enorme Carlitos en la guitarra. Pero como todavía no ha sido sencillo del disco, nos tenemos que conformar con imágenes fijas de fondo. No importa: así prestaréis más atención a la increíble tonadilla con que nos deleita Fito. Un canto al cardias cautivo y desarmado... Con un leve toque de esperanza... Y con el increíble sonido del saxo mezclado con la guitarra al final...

Y en cuanto al metal... Mmmmmmm... Podría haber puesto alguna tonadilla de cualquiera de los grupos que más escucho últimamente (Breaking Benjamin, Seether, Alter Bridge, 30 seconds to Mars, etc), pero, aprovechando que han vuelto (sí, como los poltergeists), vamos con Sôber. Casi desconocidos para el gran público, aunque sus canciones han sonado hasta en Los 40 (sacrilegioooo!!!!), son sin duda la gran banda española de metal de los últimos 15 años. Evidentemente, en ello tiene mucho que ver el que uno de sus guitarristas se llame Berni jurjurjur ;P. Aquí podría haber ido cualquiera de sus enormes tonadillas (Diez años, Paradysso, La nube, El hombre de hielo, por citar unas pocas), pero nos vamos a quedar con Arrepentido. Porque sí.

Disfrutadlas.

Besotes.